Una actuación monumental de Cade Cunningham, quien firmó un doble-doble de 32 puntos y 10 rebotes, impulsó a los Detroit Pistons a una victoria de prestigio. Los Boston Celtics vieron cómo el brillo de sus estrellas se apagaba tras una serie de errores fatales en el cierre del partido.
![]() |
| Foto: ESPN |
En una noche donde la lógica parecía indicar un camino diferente, los Detroit Pistons dieron un golpe sobre la mesa en la NBA. Liderados por un Cade Cunningham en estado de gracia, el conjunto de la "Ciudad Motor" se impuso con autoridad en el tramo final para vencer 112-105 a uno de los contendientes al título, los Boston Celtics.
El show de Cunningham: Motor y cerebro El partido tuvo nombre y apellido: Cade Cunningham. El base de los Pistons asumió la responsabilidad de cargar con la ofensiva de su equipo y respondió con una de sus mejores actuaciones de la temporada. Cunningham fue una pesadilla constante para la defensa de Boston, terminando la noche con unos impresionantes 32 puntos.
Pero su impacto no se limitó solo a la anotación. Cunningham mostró su versatilidad y compromiso en los tableros, capturando 10 rebotes para sellar un doble-doble fundamental que mantuvo a Detroit en la pelea durante los momentos más complicados del encuentro. Su liderazgo en la duela fue el factor diferencial que permitió a los Pistons creer en la victoria.
Boston: Talento opacado por la imprecisión final Del otro lado, los Celtics no fueron un rival sencillo. Sus principales figuras respondieron al llamado y "brillaron" durante gran parte del compromiso, manteniendo el marcador cerrado y el partido en un hilo. La calidad individual de Boston estuvo presente y por momentos parecía que su jerarquía terminaría por imponerse.
Sin embargo, el baloncesto se define en los detalles y en la ejecución bajo presión. Fue en el cierre del encuentro donde el guion cambió drásticamente. Cuando el partido exigía frialdad, los Celtics colapsaron. Una serie de "errores tardíos" —pérdidas de balón no forzadas y malas decisiones de tiro en posesiones clave— condenaron al equipo visitante.
Detroit olió la sangre y capitalizó cada uno de esos fallos en los minutos finales, transformando un partido parejo en una victoria celebrada por todo lo alto. Los Pistons defendieron su casa y demostraron que, con un Cunningham inspirado, pueden competir contra cualquiera, mientras que Boston se marcha con la amarga sensación de haber regalado un partido que tenían al alcance.
%2011.55.17%E2%80%AFp.m..png)
No hay comentarios:
Publicar un comentario