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foto @ChivasEN_ (X) |
El Rebaño Sagrado rompió una racha de ocho años sin ganar en temporada regular ante su acérrimo rival América, al imponerse 2-1 en el Estadio de la Ciudad de los Deportes durante la Jornada 8 del Apertura 2025 de la Liga MX. Este triunfo no solo representó un triunfo vital para recuperar la confianza, sino también para poner fin a la hegemonía americanista y reafirmar al Guadalajara como un contendiente que recupera fuerza en el torneo.
El partido fue un duelo de contrastes, con un América dominante en la primera mitad, especialmente gracias al aporte de Allan Saint-Maximin, quien fue el motor ofensivo generando peligro constante desde el sector izquierdo. Sin embargo, conforme avanzó el juego, Chivas ajustó su planteamiento defensivo y, apostando por un juego basado en contragolpes, comenzó a equilibrar la posesión y recién en el minuto 62 logró abrir el marcador. Un centro milimétrico de Erick Gutiérrez habilitó a Roberto ‘Piojo’ Alvarado, quien definió con precisión para poner el 1-0 para los visitantes.
América sufrió un golpe anímico con la lesión de Álvaro Fidalgo, su principal conductor en el medio campo, lo que mermó su capacidad de generación y permitió que Chivas tomara control progresivamente. El segundo gol llegó al 88’ por obra de Armando González con un disparo potentísimo que dejó sin oportunidad a Ángel Malagón y silenció a la afición local.
El cierre del partido fue una batalla intensa con emociones y tensión al máximo. América descontó por medio de un tiro libre de Alejandro Zendejas en el 90+8, que atravesó la barrera y encendió la esperanza de una remontada. Sin embargo, a pesar de adelantar todas sus líneas y de una ocasión clara de Henry Martín en los minutos finales, no lograron superar la férrea defensa y resiliencia rojiblanca.
Además de la batalla en el campo, el encuentro estuvo marcado por la tensión y altercados en la media cancha, con varias amonestaciones y una expulsión en el banco que no afectó al equilibrio de fuerzas.
Este resultado representa para Chivas un golpe de autoridad y un mensaje claro a sus rivales, mostrando que pese a las adversidades y a su ubicación en la tabla, el corazón y el orgullo en los Clásicos pueden hacer la diferencia.
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