NOTA: Se le advierte al lector que este articulo desde Rusia, contiene descripciones de mal gusto, malas palabras, historias absurdas y muchas babosadas. Si Usted es una persona fina, culta y educada por favor absténgase de leer a este patán. La página de Red Deportiva Central no se hace responsable de las opiniones vertidas por este inconsciente, y de antemano pide sinceras disculpas a los ofendidos.
Hace muchísimos años, desde que era niño, siempre me gustaron las historias.
Pero las que más me gustaban eran las que se podían contar de la misma manera, y los finales no cambiaban.
Por ejemplo la caperucita roja, sabía que iba a caer el las garras del malvado lobo, pero el leñador siempre llegaba en su rescate y había un final feliz.
¡Qué seguridad me daba saber que las cosas no iban a cambiar! Y nunca imaginaba el leñador como un asesino serial, un lobo gay; o a una abuela calenturienta con su amante peludo.
El cuento que más me gustaba era uno cortísimo:
“Había una vez un gato con las orejas de trapo y los ojos al revés…¿Quieres que te lo cuente otra vez?”… Y me lo contaban una y otra vez, y todas me hacía gracia.
Por eso este mundial no me está gustando.
Para mi el mundial tenía cuatro favoritos (Alemania, Brasil, Argentina y Holanda) y un villano: el arbitro, y casi siempre teníamos el mismo final: ganaba el que la FIFA decidiera que tenía mayores méritos.
Era como darle el mejor pedazo de carne a tu perro favorito, porque no se cagó en la alfombra.
Además en el caso de mi equipo: México.
Ya sabíamos que sufríamos para pasar la primera ronda. Se presupuestaba una derrota, un empate y una victoria, para pasar de panzaso, y quedar eliminados con cualquier equipo en el siguiente juego. Esa ha sido siempre nuestra historia.
Esta vez el que México vaya primero de grupo, con dos ganados, y sea dueño de su propio destino, me causa mucha angustia.
¿Por qué? Por que me da la sensación de que podemos soñar, y que además aspiramos a pasar del quinto partido, eso nos ilusiona. Y es peligroso porque el regreso a nuestra realidad y la cruda, pueden ser dolorosos; Sobre todo en un país que no puede elegir a su presidente desde hace más de un siglo, y que por supuesto no se le permite soñar con un futuro mejor, porque estamos ocupado en sobrevivir la violencia diariamente. Díganme ¿quién puede soñar con un futuro mejor, si no sabe si tus hijos llegarán a casa a salvo cada noche?.
Por eso aunque suene fatalista no me gusta que en el fútbol, nos den ilusiones más allá del cuarto partido.
En la liga local, me gusta la sensación de seguridad que me da el conocer los roles de cada equipo. Los Tigres o Rayados (Y a veces Santos) patrocinados por cerveceras que embrutecen al pueblo: son los Bullies; el América el eterno villano y las Chivas la eterna victima; además Cruz Azul es el hijo idiota; y los Pumas, la doméstica que se trata de superar y todos se la quieren echar.
Todos saben sus roles en la telenovela, y si tratan de mejorar, es para ser mejores villanos o mejores víctimas. Pero en las reglas está que un bullie no es victima de nadie; O una domestica nunca podrá ser otra cosa, por muy buena que sea.
Nos ha costado mucho trabajo y mucha sangre el asumirnos en nuestros roles, para que ahora pretendamos cambiarlos.
Y menos aún en tiempo de elecciones… sería como prender un cerillo dentro de un polvorín.
Y nadie quiere eso.
Por eso insisto, no me está gustando el mundial.
Por ejemplo: hoy, Marruecos empató con España, e Irán con Portugal.
¿Quién chingaos es Marruecos?¿Dónde queda eso?¿Pueden invadir México? ¿Irán no eran los enemigos de todos? ¿No iban a causar el fin del mundo?¿Cómo llegaron al pinchi mundial? ¿Qué hizo Trump para evitarlo?
¡Santo Niño del Divino Miembro! Cuantas preguntas, cuantas angustias, cuantas ganas de andar chingando; Cuando es tan fácil que nos cuenten la misma historia, que eliminen a México en el siguiente juego, para ya no sufrir más, y podamos ver el resto del mundial en paz y que nos dejen chupar en paz…
El único rasgo de normalidad el día de hoy fue que los Uruguayos les metieran tres goles a los rusos, dándoles un “estate-quieto”, recetándoles de un par de píldoras de Ubicatex.
Espero que sea el inicio de que las cosas vuelven a la normalidad, que México regrese a la derrota para no tener más sobresaltos, que la gente no se le vaya a ocurrir pensar, y menos sonar con un país mejor o un México ganador dueño de su destino, porque sería una verdadera desgracia pa todos…
Igual yo estoy de viaje rumbo a Ekatemburgo y les reporto lo que vea.
Si se preguntan que pasó con la vieja del vestido rojo de ayer. Viene en el asiento de atrás del coche. Y la Sabrina viene emputadísima. Yo creo que las dos están enamoradas de mí. Y yo como Pancho Villa con sus dos viejas a la orilla…
Nos esperan más de catorce horas de carretera, luego les cuento qué pasó…
El Demoño…
0 comentarios:
Publicar un comentario