“Somos un chingo y siguen llegando…”



NOTA: Se le advierte al lector que este articulo desde Rusia, contiene descripciones de mal gusto, malas palabras, historias absurdas y muchas babosadas. Si Usted es una persona fina, culta y educada por favor absténgase de leer a este patán. La página de Red Deportiva Central no se hace responsable de las opiniones vertidas por este inconsciente, y de antemano pide sinceras disculpas a los ofendidos.

Si estaban con el pendiente ya llegué a la ciudad de Rostov.
Un poco traqueteado por los incidentes del camino, y porque mi asistente hizo berrinche y me dejó de hablar, además de no querer subir la velocidad a más de 60 km por hora, todo el camino.

Les cuento lo que pasó: llegó al hostal como a las diez de la noche, y cuando abrí la puerta estaba echa un mar de lágrimas. Del llanto no podía hablar. Se calmó y me contó que había atropellado una ardilla y que necesitaba mi ayuda para enterrarla.

De solo imaginarme como había quedado la rata coluda, me dio asco pero le dije que yo me hacía cargo. Me agarró el brazo y me detuvo en seco.
-Primero tengo que ir a buscar un cura para que venga a rezar por el animalito.
Y salió rumbo a la recepción para informarse donde quedaba la iglesia del pueblo.

Mientras yo fui al coche metí lo que quedaba del animal en una bolsa de basura, me dirigí al baño, lo aventé al escusado y antes de jalar oré:
-Padre nuestro, dulce compañía, allí te encargo el alma de la rata- 
Y jale el excusado.

En ese preciso momento entraba la Sabrina que vio el atorón que cause en el wáter, de donde salía el agua a borbotones. Me vio con cara de odio y me grito un chorizo de cosas en ruso, que no entendí. Luego me dejo de hablar.

Pero a lo que me trajo a Rusia.

El ambiente está de no manches, son como las ocho de la noche y por todas las entradas al pueblo, hay una masa verde de gente entrando haciendo un ruidal endemoniado y con una pestilencia a alcohol barato, que si alguien prende un cerillo por lo menos vuelan una docena de cabrones. 

Todos parecen saber donde queda el centro de la ciudad, porque sin conocer la ciudad, van para allá. 
Hace un rato pasé un campamento mexica, donde con asadores improvisados hay por lo menos seis puestos de tacos de carne asada, con todo y salsas. 

Es verdad, yo los vi. Por supuesto no falta la chelas y hasta tienen un mariachi.

Yo me enrumbe hacia el hotel de la selección justo cuando los jugadores, salían por la puerta del hotel para agradecer a los aficionados. Rafa Márquez habló en nombre de todos, y agradeció el apoyo, dijo que se sentían como en casa, y que ya dejen de chingar porque tienen que dormir… 
Un fino aficionado grito: ¡Puto el que haga ruido!

A lo que rafa aprovecho y pidió a la afición que no sea naca, y deje de andar gritando esas pendejadas… 
A lo que otro distinguido miembro de la afición gritó: ¡Entonces… Que chinge a su madre el América!. 
A lo que Rafa contestó:
-Allí si cada quien su pedo…

Luego el guapo de Héctor Herrera, bailó como chango de feria, mientras sus compañeros le echaban porras, para luego todos desaparecer por donde habían salido. 
Fue un buen gesto…

En el estadio se esperan alrededor de cuarenta mil aficionados mexicanos y yo me pregunto de donde sale tanta feria para viajar, boletos, pinches camisetas, hoteles, viejas, más pedas, el mariachi etc. ¿No que somos un pinche país con economía de tercer mundo? Pero eso sí para la fiesta somos como la pinche Suiza centroamericana, con dinero escondido hasta debajo de los colchones… 

Como dato curioso, me ofrecieron boletos de reventa, los de hasta el techo piden 900 dólares; Y los de un buen lugar, a la mitad del estadio, en el centro de la cancha 1,400 dolarucos. 
Y eso que es contra Corea.

Eso si a los que no llegaron que ya no vengan, ya somos un chingo y no hay cuartos de hoteles y estamos haciendo un esfuerzo para acabarnos todo el alcohol. Ya cuando Ustedes lleguen después del mundial, ya verán como van a ver que los mexicanos van a estar cotizadísimos por estos lares.

Si ando dado vueltas, es que estoy medio jarra, un Compa me intercambio dormir en la alfombra de mi cuarto de hotel, por 24 horas ininterrumpidas de margaritas, apenas llevaron tres horas y ya llevamos una jarra de antología..

Ya acabe de echar rollo y tengo antojo de quesadillas de queso con papas, y me cae que en medio de esta invasión mexica, alguien debe de saber donde hay un puesto las veinticuatro horas del día… me cae que somos un puto desmadre…
¡Viva México! ¡Y los coreanos mañana van a saber lo que es el chile azteca!
Mejor ahí lo dejamos, creo que me estoy poniendo medio violento…

Nos vemos después del juego…

El Demoño.


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