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Foto: QueensTennis twitter |
El mundo del tenis tendrá que seguir esperando para ver a Novak Djokovic levantando un título. Un año después de su última conquista en Eastbourne, el serbio se dio esta semana una oportunidad en Queen’s, opción que se encargó de tumbar Marin Cilic (5-7, 7-6, 6-3) salvando dos pelotas de partido al final del segundo parcial. Grandísima victoria para el crota que llegará con mucha confianza a Wimbledon y varapalo importante para el serbio, que tendrá que armarse de paciencia para seguir por el mismo camino que estos últimos torneos.
No era un reto fácil para Novak, pero claro, tampoco lo era en Madrid, Roma o Roland Garros. Si en cada gira del calendario tenemos unas amenazas distintas según el suelo en el que no movamos, aquí en hierba uno de los más peligrosos es sin duda Marin Cilic, finalista en 2018 de los torneos de Queen’s y Wimbledon. De momento, el croata parece querer repetir el guión del verano pasado, donde cayó en su primera final londinense frente a Feliciano López. Hoy enfrente saltaba una bestia mayor, concretamente, una de sus bestias negras. Alguien que le había vencido casi siempre, en 14 ocasiones de 15 enfrentamientos. No negaremos lo mucho que le cuesta al de Medjugorje este tipo de partidos en grandes escenarios contra los grandes. Es cierto que sabe lo que es ganar a los cuatro miembros del Big4 pero, ¿cuántas veces perdió?
El factor mental cuenta siempre, pero se multiplica por cien cuando juegas antes las leyendas. Una norma que, pese a no estar en sus mejores momentos, Novak Djokovic conoce a la perfección. El balcánico sabía que aguantando firme hasta el punto clave ya tendría media batalla en el bolsillo. Y así lo hizo, compitiendo como siempre hasta alcanzar el 5-5, instante en el que ya no servían un par de saques directos para avanzar. Justo el fotograma donde Cilic se hizo pequeño entre dobles faltas y errores de bulto para entregarle al serbio antes de tiempo la primera manga.
De poco servía haber arrasado a sus rivales a lo largo de la semana, la profecía decía que en las finales todo es diferente, quizá por eso el croata tenga aquí tres finales en el historial y tan solo una conquistada. Hoy Djokovic buscaba que ese registro aumentara hasta el 1-3, por eso decidió no cambiar nada y mantener todo el sistema. Lo cierto es que la cosa marchaba y el tiebreak ya era una realidad, otra vez a sacar el gen más feroz sobre la bocina. El resultado indicaba 4-1 arriba para Nole, a tres puntos del título, se empezaron a escuchar ya algunas personas de la organización sacando el trofeo pero… pasó lo inesperado.
Novak se distrae con un par de errores y desaparece, se difumina, no solo pierde su ventaja, sino que ya no vuelve a hacer un solo punto en el desempate. Una pequeña crisis que le cuesta el set y le obliga a resetear el organismo, empezar de cero, quitarle el valor a todo lo anterior. Por su parte, Cilic encantado de recibir tal invitación. El tercer parcial ofreció muy diferentes puntos de vista a los observados al inicio, con un Novak repleto de dudas y muy vulnerable con su servicio. Por su parte, Cilic volaba sobre la pista, con la fe de que aquella remontada estaba a solo un break de hacerse realidad. Y así lo hizo, rompió como los grandes, en el 4-3, como lo que es. Será el 18º título ATP para el de Medjugorje, segundo en hierba de su exitosa carrera. Todo el mérito para un Marin que supo sufrir, salvando dos bolas de partido, para conquistar el torneo que se le resistió hace doce meses. En la otra cara de la moneda, castigo severo para Novak, aunque cada vez más cerca de su objetivo. Puede ser Wimbledon el lugar donde termine de reencontrarse.
Fuente: Punto de break
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