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| Foto: MutuaMadridOpen twitter |
Hasta el mejor paseo por la playa llega a las rocas. Rafael Nadal caminaba plácido amparado en una superioridad manifiesta sobre todos sus rivales que un tsunami llamado Dominic Thiem ha arrasado en la tierra prometida del español. El entregado público madrileño del Mutua Madrid Open 2018 ha sufrido la mayor de las torturas: ver perder al hijo pródigo. Hay ocasiones en que el aura ganadora, el coraje y el espíritu competitivo no son suficientes y más cuando se desperdician las pocas oportunidades que el imperial juego del rival ofrece.
Resulta siempre complejo y delicado determinar el porcentaje de mérito y demérito que tienen ambos contendientes cuando ocurre algo como una derrota de Nadal en tierra batida. Sobrevuela el pensamiento de que si rinde a su mejor nivel sería imposible para cualquier ponerle en aprietos pero también es evidente que si algo puede ponerle en problemas ése es el austriaco. En los primeros compases del encuentro ya se comprobó que el español no estaba en un día de inspiración, precisamente contra el rival ante el que no se puede permitir ninguna licencia.
El síntoma inequívoco de esto es ver golpear a Rafa drives echando el cuerpo hacia atrás y raspando demasiado la pelota; no era capaz de mover la bola en el primer set con la fluidez habitual, algo que hubira pasado casi inadvertido, al menos en el marcador, de no ser por las sublimes prestaciones de Thiem. Intenso de fondo de pista, acertado en la toma de decisiones y valiente en los momentos cumbre. Tomó ventaja el bueno de Dominique situándose con 5-3, y cuando le tocó servir para partido le entraron las dudas.
Igualó el marcador Nadal y cuando era el momento de ponerse por delante y dar un golpe moral a Thiem, el español se atrapó con errores infantiles en un juego que le pasó factura durante el resto del partido. El desconcierto invadía la Caja Mágica al ver cómo Nadal había dejado escapar a su presa, siendo ésta un auténtico león. Volvió a rugir Dominique, adjudicándose la primera manga y haciendo temblar a una ciudad y un país.
Se esperaba la reacción del balear pero solo hubo destellos y siempre con el marcador a remolque. Intercambios de breaks hasta en dos ocasiones en el segundo parcial, errores a destiempo de Nadal e incapacidad para sacar de su zona de confort a un Thiem tremendamente inspirado en sus ataques y habilidoso en las defensas. Cuando tuvo la oportunidad de volver al partido, el español no sacó su mejor tenis, sin transmitir la sensación de poder hacerlo si no era amparado en errores de su rival.
El resultado final del encuentro fue de 7-5 6-3 a favor de un Dominic Thiem que firma así una merecedísima victoria ante un Rafael Nadal que tendrá que buscar soluciones para futuros encuentros. El Mutua Madrid Open 2018 ha sufrido un goteo incesante de derrotas por parte de favoritos pero lo que ha ocurrido esta tarde supone una auténtica fuga de agua que suma al evento en el desasosiego. Algo grande ha ocurrido. Thiem ha demostrado que lo imposible a veces es posible.
Fuente: Punto de break
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