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Foto: ATPWorldTour twitter |
Rafael Nadal sacó una vez más su mejor tenis para poder levantar un nuevo título sobre el Principado de Mónaco... ¡y ya son once! Un año después, Montecarlo volvió a saludar al rey de la tierra batida. Rafa sumó su undécimo entorchado en la arcilla monegasca tras batir en un partido intenso al japonés Kei Nishikori por 6-3 y 6-2 en una hora y 33 minutos de juego.
El partido comenzó con Kei Nishikori volcado obre la pista de su rival y pegándole con extrema violencia a la bola. El japonés encaraba las continuas defensas de Nadal sin miedo, empleando a fondo tanto su derecha plana como su espectacular revés liftado que tantos problemas le creó a Alexander Zverev en el día de ayer. Comenzó tan bien el tenista asiático que en el tercer juego conseguía quebrar el servicio de Nadal y marcharse al descanso con un 1-2 y saque a su favor. El público situado en la Court Rainier III de Mónaco no se creía el escenario que estaban viendo nada más comenzar. El tenista mallorquín sabía que tenía que reaccionar si no quería que Nishikori se marchara en el electrónico y comenzó a apretar con su drive.
El contrabreak llegó acto seguido y lejos de conformarse con ello continuó como si no hubiera un mañana y forzar que su rival comenzara a cometer errores no forzados. Rafa volvía a asestar un golpe que sería significativo en el marcador y es que se pasaba de un 1-2 en contra a un 5-2 en apenas 42 minutos de encuentro. El español había encontrado la fórmula del éxito, y era aprovechar los numerosos errores de Nishikori, provocados por su latente agresividad, e irrumpía con solvencia en el servicio de su rival, manteniendo esa rotura de ventaja que había obtenido. Pese a sufrir para poder conseguirlo, finalmente Nadal lograba mantener todos sus servicios hasta el final del set y, de esta forma, llevarse la primera manga por un ajustado pero solvente 6-3 en 52 minutos de juego.
El segundo set arrancó totalmente diferente al primero. En esta ocasión era el manacorí quien rompía el servicio de Nishikori a las primeras de cambio y volvía a colocarse con una ventaja norable ya desde el comienzo del set. El asiático volvía a dejarlo todo sobre la pista, encarando con fiereza cada golpe y cometiendo, desafortunadamente, más errores de los convenientes. Un desacertado Nishikori volvía a conceder a un pasivo Rafael Nadal la posibilidad de imponerse en el set y por tanto cerrar el partido y adjudicarse su undécimo título en el Principado de Mónaco y demostrar una vez más, el por qué sigue siendo el rey de la tierra batida.
Fuente: Punto de break
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