Los Tigres logran un triunfo apretado ante el Monarcas Morelia

Foto: Ligamx.net

Gignac, siempre Gignac. El francés guío por enésima vez a Tigres a la victoria y de paso se convirtió en el tercer máximo anotador para los de la UANL en su historia con una cifra nada despreciable de 73 goles con la playera auriazul en el triunfo apretado del equipo ante Monarcas por 2-1.

En el inicio, literalmente en el arranque cuando apenas se jugaban 2 minutos de acción, Lucas Zelarayan se combinó con Ismael Sosa para enviar un centro preciso a la llegada de André Pierre Gignac, quien hizo explotar el Volcán apenas a los 2:32 del primer tiempo.

En el festejo, que lo pone ya como tercer máximo anotador en la historia de Tigres por encima de Lucas Lobos con 73 goles y a siete de Walter Gaitán que ocupa la segunda posición, Dedé se dio el tiempo de bailar “Scooby Doo Papá” junto a Edu Vargas, quien acompañó al galo con un movimiento de cadera

Minutos más tarde, un tiro de esquina mal rechazado por la zaga fue a caer a los pies de Rafael Carioca, quien no la pensó y de primera envío un disparo potente al ángulo superior derecho de la portería de Monarcas a los 37 minutos, en un partido dominado por los locales.

Para la segunda mitad y ante la necesidad del resultado, Morelia se lanzó al frente y tuvo un par de oportunidades en Ruiz Díaz, quien vio a Nahuel Guzman como su peor pesadilla, pues fue el arquero el que evitó al menos dos opciones claras de gol del visitante.

Incluso, fueron los felinos los que tuvieron una clara oportunidad frente al marco con un balón largo donde André Pierre Gignac, quedó frente al arquero y definió de pierna derecha un balón que fue sacado heroicamente a los 67 por Carlos Gerardo Rodríguez, con un balón que pegó en el larguero y terminó en una jugada sin mayor trascendencia.

A los 83, Morelia dio la campanada con un disparo lejano de Raúl Ruiz Díaz que sorprendió a todo el Estadio Universitario y se incrustó en la portería de Nahuel Guzmán, quien sólo fue un espectador más en el tiro de media distancia del peruano.

Fuente: Vanguardia