Una nueva lesión ha aparta a Rafael Nadal de las semifinales del Open de Australia.

Foto: AustralianOpen twitter

Una nueva dolencia en su pierna, aparecida en el final del cuarto set comprometió los posteriores tramos del choque y le obligaron a retirarse de Melbourne cuando marchaba 2-0 abajo en la manga definitiva. El gran nivel de Cilic durante los tres siguientes al primero desgastaron la resistencia del número 1, que no podrá defender la final de 2017.

La primera manga arrancó con muchas dudas por parte de Cilic, quien parecía anticipar que le iba a costar no sólo entrar en el partido sino comprender que necesitaría de una gran inspiración para poner el choque donde más le interesaba. Nadal, controlando la posición del croata y recibiendo errores de precisión con un servicio bastante endeble del balcánico, tuvo hasta siete bolas de break. El segundo servicio del croata fue una oportunidad constante para un nadal que lo restó atrás, buscando poner la pelota en juego y construir más los puntos.

Nadal no estaba brillando pero parecía poder ofrecer esa versión que se mete en la cabeza de un pegador y le crea constantemente dudas. Con subir acierto e intensidad desde el resto podría llevarle a un tipo de encuentro en el que Nadal suele tener las de vencer. En cualquier caso, todo se fue encaminando a una primera ventaja del español, que tras varios turnos merodeando la rotura, lo hizo como crónica de algo anunciado. Cilic no estaba encontrando ni su primer ni su segundo golpe, estaba cometiendo muchísimos errores de derecha -13 a 2 tras el primer set- .

El caso es que el croata hizo clic, y habilitó el juego planísimo y superofensivo del que hace gala. Una de las claves iba a estar en el tipo de ataque, en dos vertientes, del de Medjugorje, pues no solo atacó con la posición ganada sino que una vez ganó confianza con su drive, iba a comenzar a soltar el brazo desde muy atrás, y hacia todas las direcciones. Su saque comenzó a responder, y el ánimo activó sus piernas. El gigante croata fue invirtiéndose cada vez con mayor frecuencia e igualó el partido desde su atalaya. Iba a errar pero eso le iba a reportar más beneficio que pérdidas.

Nadal iba a tirones a nivel táctico. Le costaba encontrar una continuidad en su juego, su rostro lo reflejaba. Así que esperó su oportunidad y preparó su cabeza para luchar. El partido estaba construyéndose con puntos rápidos, errores, tiros ganadores... y poco ritmo. Nadal tenía que competir y salir a flote en los momentos más delicados. Sin ir más lejos, la contienda derivó en un tie break que el español hizo suyo aún siendo inferior en el juego global de la manga. Cilic había encontrado la forma de entrar en los puntos.

Fue así como comenzó la cuarta manga que llevaría al partido hacia unos derroteros definitivos. El ratio winner-unforced comenzaba a sonreir al croata, que independientemente del resultado, dictaba el ritmo del choque. El patrón de juego que prevalecía era el suyo propio. Hacía mucho tiempo que Nadal no encadenaba una suma de capacidad ofensiva, ritmo al saque, resto imponente y capacidad de sufrimiento. El manacorí tiene la habilidad de alternar con todo ello para caminar hacia la victoria en cinco mangas, peor el martillo de Cilic no tenía dudas: iba a golpearlo todo con mucha claridad. Y la confianza estaba de su lado.

Allí es cuando nadal gripó. Notó unas molestias al final de la cuarta manga y llamó al fisioterapeuta, peor de poco sirvió. Sólo dos juegos más pudo aguantar el español en pista para finalmente retirarse, dar la mano a Eva Asderaki y después a Cilic, que se fue de la pista con la sensación de haber jugado, de menos a más, un gran encuentro. De nuevo, las lesiones apartan a Nadal de conseguir su segundo Open de Australia.


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