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| Foto: usopen twitter |
Tras partidos algo más intrincados de lo esperado, Rafa Nadal se ha sacado un duelo de octavos ante Aleksandr Dolgopolov con bastante más solvencia de la que cabía esperar. Ha despachado al ucraniano por 6-2, 6-4 y 6-1 en menos de 2 horas, en un choque que ha dominado de cabo a rabo, jugando agresivo, con muy pocos fallos y sirviendo con gran solvencia. Pocos argumentos de Dolgopolov, muy irregular y con aislados destellos de su clase.
Bajo el sol neoyorquino en el espléndido recinto de la Arthur Ashe, Rafa Nadal encaraba un peligroso duelo de octavos de final ante el ucraniano Alexander Dolgopolov. Nadal tenía como misión no solo avanzar ronda y acercarse a ese nuevo título en el US Open sino además mejorar las sensaciones con respecto a partidos pretéritos.
Desde las primeras escaramuzas, el balear demostraba que estaba enchufado y con firme determinación por la victoria. Dolgopolov no daba ritmo ninguno, cortando continuamente el desenlace de los puntos. Doble falta y revesazo ganador para empezar del tenista de Kiev. Fiel reflejo del partido. Demasiada inconsistencia sin embargo por su parte que Rafa aprovecharía para abrir brecha en el marcador en el tercer juego. Sólido, golpeando adelante la bola y mandando cuando el vertiginoso tenista ucraniano le dejaba. El saque estaba siendo un arma básica para el de Manacor, que con el segundo servicio sufría las embestidas de Dolgopolov.
Supo sufrir Rafa para aguantar su saque y ahondar la brecha en el marcador. Nadal haría una nueva ruptura para dejar el set encarriladísimo. Cada vez más brillante y más acertado, Rafa rubricaba por 6-2 un primer parcial notable ante un Dolgopolov con mucho margen de mejora.
Palpable aumento del nivel de saque del ucraniano en el segundo set. Más contundente con el saque y sus tiros que eran ganadores en un buen número de ocasiones. Rafa poco podía hacer ante el despliegue ofensivo de Dolgopolov. Eso sí, el balear no perdía la compostura ni el guion con su servicio. Mantenía un alto ritmo de juego y concentración, a menudo complicado contra un tenista del perfil del nacido en Kiev. Nadal ganaba bien sus servicios hasta que tuvo la opción de ir a por el del ucraniano. Varios tiros ganadores le ayudaron decisivamente para hacerse con el saque de Dolgopolov y encaramarse al 5-4 y servicio. Con paciencia y saber estar en la pista, Rafa se acababa adjudicando por 6-4 el segundo set, dejando el partido muy encarrilado.
Con semejante inercia, Nadal se lanzaba a por la tercera manga con la que certificaría su pase a los cuartos de final del evento. Ruptura de saque para iniciar el set y de ahí en adelante un solo jugador. El ucraniano dejaba pinceladas, como llevaba haciendo todo el partido pero tan a cuentagotas que se antojaba imposible que pudiera revertir la situación imperante. El mallorquín no cedía, no soltaba el pie del acelerador, dejando golpes marca de la casa, demostrando las excelentes sensaciones con las que estaba conviviendo en el mediodía neoyorquino. Un segundo quiebre y 3-0 para Rafa que le ponían al borde del triunfo final en un partido más plácido de lo esperado.
Era cuestión de tiempo, las inercias de uno y de otro eran marcadamente opuestas. El ucraniano esquivaba el siempre doloroso y sonrojante rosco pero poco más añadió. Rafa cerraba finalmente por un contundente 6-1 el tercer set redondeando una actuación muy positiva, muy seria y con la que puede caminar con mucha confianza en los cuartos de final donde espera al vencedor del duelo entre David Goffin y Andrey Rublev. Las dudas sobre su tenis, en gran medida, disipadas.
Fuente: Punto de Break
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