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Foto: WTA twitter |
La española se impuso por 6-2 1-6 6-4 a una Magda Linette que vendió muy cara su piel. Irregular pero con gran actitud estuvo Muguruza.
Las diferencias entre ser la mejor y una gran jugadora son sutiles, pero en Garbiñe Muguruza se aprecian con facilidad. La española perdía partidos en las pasadas temporadas que este solvent con oficio y carácter ganador. El duelo de tercera ronda en el WTA Premier 5 Wuhan ante Magda Linette es una prueba fehaciente de la progresión de Muguruza y de lo que supone para ella ser la número 1 del mundo. Y es que han sido habituales en su carrera las derrotas ante tenistas de mucho peor ranking que el suyo, pero se está armando de un aura que solo puede ser fracturada por tenistas de alto nivel.
Tuvo un inicio apabullante Garbiñe. Ordenada, intensa, agresiva y clara dominadora ante la joven Magda Linette, mera marioneta en manos de la mejor jugadora del planeta. Incapaz de ganar puntos con su segundo servicio ante las oleadas ofensivas de la hispanovenezolana, Linette perdió los esquemas en su juego y vio cómo se le escapaba el primer set por un claro 6-2. Todo indicaba que el duelo podría ser un mero trámite para Muguruza pero acudieron los viejos fantasmas de la irregularidad.
En un abrir y cerrar de ojos, la nacida en Caracas sufrió una metamorfosis. El punto de inflexión pudo ser el primer juego, en el que tuvo una clara oportunidad de apretar las tuercas a su rival pero marró un remate clarísimo a escasos metros de la red. A partir de ahí todo se torció, la española comenzó a tirar bolas fuera sin ton ni son y se vio con una desventaja insalvable en el marcador. Con 5-0 en contra, la lluvia acudió a la fiesta y generó un parón de casi 10 minutos que pareció ayudar a que Garbiñe reconstruyera sus maltrechos esquemas de juego.
Las mejores versiones de ambas coincidieron en el tercer set, o al menos las más intensas. Porque Muguruza puso toda la carne en el asador pero siguió cometiendo errores infantiles a destiempo que dieron alas a su joven rival. Asumió la ventaja con un break en el sexto juego la número 1 del mundo pero no pudo consolidarlo con su saque. Lejos de perderse en intimistas peroratas, siguió con mentalidad positiva y gritos de ánimo constante.
Volvió a romper, volvió a perder el saque y terminó el partido con un nuevo break a su favor. Triunfo muy meritorio para una Garbiñe Muguruza que rebosa ilusión ante la perspectiva de terminar la temporada en la cúspide del ranking WTA. No siempre se puede jugar bien pero es preciso asumirlo y ponerse el mono de trabajo sea cual sea la rival. Eso es lo que ha aprendido la española y la gran diferencia que se le está viendo en los últimos tiempos respectos a temporadas anteriores. Su siguiente rival será Jelena Ostapenko.
Fuente: Punto de Break
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