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Foto: WTA twitter |
Garbiñe Muguruza alcanzó en Wuhan su victoria número 45 de la temporada tras imponerse en su encuentro de debut a Lesia Tsurenko por 6-4 y 6-4. La hispano-venezolana empezó muy seria pero unos problemas en su pierna izquierda le hicieron tener que pelear hasta el final por el primer set. Su rival, que sufrió de dolores en la muñeca, fue en todo momento a remolque y nunca pudo ponerse al nivel de la número 1 del mundo. En los octavos de final, la de Caracas se medirá a otra jugadora factible como es la polaca Magda Linette.
Era el último partido de la jornada en el cuadro individual pero no por ello el menos importante. De hecho, era el encuentro que sacaba a pista a la mejor tenista del planeta, la que ocupa el puesto más alto de la clasificación y la que aquí mismo, hace dos temporadas, ya alcanzó la última ronda para ceder ante Venus Williams. Hablamos de Garbiñe, una mujer que desde su conquista en Wimbledon ha encontrado esa regularidad que le negó los siguiente meses a su primer trofeo de Grand Slam en 2016. Hoy en Wuhan el desafío se llamaba Tsurenko, una de las clásicas en estas primeras rondas, rival peligrosa pero conveniente para ir entrando en calor e ir adaptándose a las condiciones de una nueva parada en el circuito.
Y el comienzo no pudo ser mejor, con mucha igualdad en los intercambios pero con una Muguruza que siempre ponía la nota de color para que el punto acabara de su lado. Cuatro juegos disputados y los cuatro para la caraqueña, un arranque así hicieron presagiar un duelo por la vía rápida, pero no sería aquello tan fácil. Estando todo en orden, la tenista ucrania sumó su primer juego e inmediatamente Garbiñe torció el gesto. Una vez en el banquillo, cuando pidió la asistencia del fisio, entendimos que algo pasaba. Era la pierna izquierda, ese muslo que ya no se entiende sin su aparatoso vendaje. Tsurenko aprovechó los momentos de dudas y llegó a ponerse 4-3, pero hasta aquí duró la reacción. No quiso la española tener que lamentarse después de esa gran ventaja, así que apretó los dientes y remó hasta firmar un 6-4 que le daba aire para el segundo parcial.
Sam Sumyk bajaba de vez en cuando para gestionar la situación y darle calma a su jugadora, aunque de momento los mayores problemas eran para una Tsurenko que no aguantaría ni tres juegos sin ceder su servicio en la reanudación del partido. La cosa pintaba bien incluso con esos posibles dolores que Muguruza pudiera tener en su pierna. Pegándole duro y aprovechando ese extra de potencia que siempre guarda con su drive, la hispano-venezolana fue tejiendo la victoria hasta que la de Volodymyrets no tuvo más opción que entregársela. Victoria número 45 de la temporada y cita en los octavos de final de Wuhan con Linette.
Fuente: Punto de Break
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