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Foto: 10APG twitter |
Cuando parecía que Chivas se marcharía del Estadio Universitario con dos goles de ventaja tras 80 minutos espectaculares, donde borraron a Tigres totalmente, el mejor extranjero de la Liga MX emparejó todo para dejar un 2-2 de alarido para darle vida a su equipo de cara a la vuelta, donde la final es para cualquiera.
Desde el primer minuto era claro que Chivas iba a esperar y a intentar aguantar los embates de Gignac y compañía. El francés intentó de media distancia vencer a Cota, al igual que Dueñas, pero ninguno tuvo la dirección suficiente para enviar el balón al arco. En la primera donde se vio exigido Cota ante un remate de Zelarayán, el arquero rojiblanco respondió con una buena atajada.
Cuando parecía que Tigres iba a jugar a placer en el área del rival, llegó un tiro de esquina donde Guzmán regaló el balón en un mal intento de despeje, dejándolo justo en los botines de Pulido, quien prendió el esférico a quemarropa para festejar ante su ex equipo al 22’, dando la sorpresa y obligando a los felinos a arriesgar más para anotar.
Con la obligación de ir al frente, Tigres comenzó a cometer errores en la marca, mismos que Chivas no desaprovechó. Un espectacular paso a espaldas de la defensa le permitió a Pulido entrar al área para disparar, solo para que Guzmán una vez más dejara el balón votando para que Pizarro al 44’ empujara el balón sin marca y con toda la libertad.
Con dos goles de ventaja y un partido totalmente dominado por parte de los rojiblancos, la final parecía estar de un solo lado. Para el segundo tiempo, Ricardo Ferretti arrojó a todas sus armas ofensivas del frente, buscando desesperadamente un gol, pero quedando expuestos en contragolpe, donde Chivas no supo matar.
Las opciones de Tigres al frente aumentaban cada vez más, pero la falta de contundencia era su principal enemigo, junto al tiempo que se reducía. Disparos de media distancia y centros desperdiciados hacían perder la esperanza, pero en los últimos diez minutos del encuentro, dos goles hicieron estallar el Volcán nuevamente.
El primero llegó al 84’ en un centro retrasado que André Gignac prendió de aire en el área, casi resbalándose, para enviarlo al rincón, donde Cota no alcanzó a llegar. Con el momento anímico a su favor, el mismo francés se encargó de firmar un golazo al 88’, en colaboración con Cota, para sellar el empate final.
Tigres terminó siendo más en la cancha en los últimos diez minutos, pero el tiempo ya no les alcanzó para remontar, aunque el empate deja todo abierto para la vuelta frente a un equipo rojiblanco que deberá ser cuidadoso e inteligente, ya que la misma estrategia en la vuelta les podría ser contraproducente.
Fuente: Fútbol Pasión
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