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Foto: mlsfutbol.com |
Orlando City recibió la visita de New England Revolution, en el Citrus Bowl de Orlando, en La Florida. Un juego parejo y que dejó el 2-2 final como un resultado acorde a lo que se vio en el terreno de juego.
La primera anotación llegó muy rápido. Apenas corrían 15 segundos de juego cuando el árbitro sentenció una falta en el área sobre Julio Baptista. El encargado de ejecutarla fue el brasileño, KáKa, quien con un golpe fuerte y al centro abrió la pizarra.
Este fue el gol de penal más rápido en la historia de MLS, al marcarse sobre el minuto y 37 segundos. El registro anterior era de un minuto y 43 segundos. Es la tercera vez que se sanciona una ejecución desde el punto blanco antes de los dos minutos de juego. La primera fue en 1997, un juego entre Dallas FC y Tampa Bay. Nélson Vargas fue el ejecutor. En la misma temporada, Preki para Kansas City fue el cobrador, ante New York.
La ventaja no la pudo administrar el conjunto local, que vio como a la media hora de juego, Revolution encontraba la igualdad. Una jugada por la zona izquierda de Chris Tierney, quien ganó la línea de fondo, sacó un centro al primer palo para que Gershon Koffie peinara la bola y Teal Bunbury la controlara con derecha y acto seguido rematara con zurda.
Orlando City volvió a tomar ventaja en el marcador gracias a un error de la defensa visitante. Kevin Alston realizó un largo saque de banda al área de New England que no fue rechazado adecuadamente, lo que generó que el rebote cayera en los pies de Kevin Molino, quien no perdonó.
El marcador, que se abrió con una pena máxima, se cerró de igual forma, pero esta vez con una ejecución de New England Revolution y a cargo de Lee Nguyen. Ya habían pasado cinco minutos de los ocho que se adicionaron. El volante cobró sobre el centro del arco, engañando a Joe Bendik que se jugó a su derecha.
Fuente:mlsfutbol.com
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