![]() |
Foto: Ligamx.net |
Guadalajara esta noche no tiene reclamo, ni rechifla, ni abandono… todo es miel sobre hojuelas. Jugó un partido perfecto. La gente salió aplaudiendo y soñando con Liguilla del Estadio Chivas. La avasalladora goleada por 4-0 sobre Pumas sabe a mucho, sabe a amor. El cuadro de Matías Almeyda colgó su mejor actuación desde hace mucho tiempo y la calificación no es ajena, no esta noche, no jugando así; Chivas está a un punto del octavo general.
Guadalajara arrancó el juego poniendo el corazón por delante. Clásico. Como de costumbre desbocó al frente su arsenal y buscó poner miedo en la cueva de un puma bien agazapado. Apenas al tercer minuto de juego, en cobro de córner, Carlos Salcido se alzó en solitario a la altura del manchón penal para peinar el esférico. El balón zumbó el poste derecho de “Pikolín” Palacios, quien desvió con los ojos.
Pasada la prueba de corazón, Pumas bajó los latidos del juego. Grave error de cálculo. Al 20’, en un jugada donde 7 futbolistas de universidad defendían su meta, apareció a las entradas al área la joya de la corona para desenfundar la derecha y dejar hincado, pidiendo perdón, al meta Palacios. Maroma, giro, baile y gol, seductor gol de Orbelín Pineda. Golazo. Hoy nadie preguntó por Omar Bravo. Así son los romances.
Puesto el primero, llegó el segundo. Si los juegos se ganaran con corazón, Guadalajara tendría un mejor presente; el fútbol sería diferente.
Al 30’, universidad se entregó; temeroso y superado terminó por sucumbir. El fallo estuvo donde mismo toda la noche, la banda derecha, la de Verón y Alatorre. Hasta ahí llegó la velocidad de Cisneros, quien tras una decena de fintas tendió al ex Leones Negros y enfiló a meta. Centró a media altura, el balón pasó entre la indecisión de Verón y el miedo al autogol. De tres saltos Brizuela se metió al área chica. No tuvo que hacer nada, solo poner la bota de forma correcta para anotar y no fallar. Chivas arrancaba suspiros; la tribuna respondía enamorada.
Hoy nada le salió mal a Guadalajara. El corazón rojiblanco late más fuerte que nunca. El tercer dolor en el pecho y en el orgullo le llegó a Pumas al 64’, otra vez en las botas de Brizuela. En una jugada de rebotes por aire, otra vez Cisneros venció a Verón y con la testa habilitó al “Conejo”. De frente a meta, Isaac fintó a Palacios, quien cayó redondo y se tendió al piso. Con la meta abierta, remató al piso, al poste del meta, de trámite. Guadalajara ya daba indicios de tener un racimo de flores en la espalda.
Y como toda historia amor, siempre hay un final feliz. El final lo puso quien ahora endulza con sus goles a la grada, a la directiva y al técnico, Matías Almeyda. Al 73’ marcó Eduardo López, marcó un gol de genio y terminó de enmarcar un retrato que hace mucho no veíamos del universitario Darío Verón. El Paraguayo fue un espectador. La jugada fue como todas, del centro hasta la banda, justo ahí recibió “Chofís”, quien de frente a Verón fintó y partió al zaguero sudamericano. De frente a Palacios cruzó y cayó el cuarto y se cayó a pedazos el orgullo universitario.
Fuente: Fútbol Pasión
0 comentarios:
Publicar un comentario