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Foto. rolandgarros twitter |
Nada sencillo el segundo envite que afrontó Alexander Zverev en Roland Garros al toparse con un hombre en forma y luchador como Dusan Lajovic. Tuvo que ir por debajo en dos ocasiones para finalizar alzando los brazos con un 2-6, 7-5, 4-6, 6-1, 6-2 en tres horas y 24 minutos teniéndose que citar con Damir Dzumhur en tercera ronda.
El tenista serbio, arrancó sólido desde el fondo queriendo manejar el punto y sin dejar a Zverev la oportunidad para que mandara. El alemán no se encotraba nada cómodo perdiendo pista sin equilibrarse a los puntos largos. Remontó el quiebre que tuvo en contra desde el inicio pero acto seguido, recibió dos hachazos más que le harían ver perder el set sin que uno de sus principales golpes fuera efectivo en ese periodo. Nada más comenzar la segunda manga, gozó de tres opciones de rotura. Parecía que la remontada podría estar cerca pero Dusan no se dio por aludido y continuó con aquel patrón de juego sólido, con peso y ofensivo que había preparado.
Fue él quién se situó nuevamente por delante haciendo que Alexander entrara en colera llegando a partir una raqueta. Aun así, su buena dinámica se vio truncada cuando cometió errores y el alemán se vino arriba aumentando su nivel. Realizó cambios ya que subió más a la red y quiso acortar los puntos para no dar tanto ritmo al serbio. El encuentro se encontraba al rojo vivo. Se palpaba mucha tensión en el ambiente y ambos se encontraban en una espiral muy parecida. Puntos muy trascendentes que iban a dictaminar el camino de la cita, cayeron del lado del tercer jugador del globo que sirvieron para poner las tablas.
Tras un grito estratósferico dando a entender su sufrimiento ante el alto nivel que tenía al otro lado de la pista, tuvo que continuar luchando ya que a Lajovic no le afectó perder la diferencia que tanto había trabajado. Su táctica estaba siendo considerable. Le jugaba mucho a la derecha y cuando se encontraba en una situación sensible jugaba con el saque abierto para entrar después dentro de pista con el ganador. Aquellas facetas las utilizó mucho además de los cambios de ritmo o las dejadas que iban cada vez desesperando más a su oponente. Dos quiebres consecutivos para seguir igualados dieron pie a que el serbio volviera a acechar y llevarse otro break que sería magnífico para sus opciones. En ningún instante se achicó. Primero intentó cerrar al resto pero sin lograrlo, después con su servicio no perdió la compostura y brillo para regresar a marchar por delante.
El cuarto juego fue un gran punto de inflexión. Dureza y batalla se conjugaron para estipular la diferencia que sacaría el alemán en aquella manga. Después, otro instante de dificultad fue conservar el break que tanto le costó y a partir de ahí, las situación fluyó aunque con muchas variantes ya que el serbio no quiso dar su última palabra y pese a salvar dos opciones a la tercera tuvo que sucumbir. La igualdad se llegó a concertar con el tenista de Hamburgo sacando adelante su turno de servicio.
El cansancio hacía cada vez más mella en la capacidad de Dusan. Sus golpes no disponían de la misma eficacia y estaba cometiendo más errores. Por otra parte, Alexander gozó mucho más viéndose muy dominador para finalizar con una experiencia que le podrá replantear cuestiones de cara a siguientes compromisos y que podrían ser muy positivos si los sabe desengranar. Por el momento, tendrá tiempo para descansar de una inmensa lucha.
Fuente: Punto de break
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