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Foto. ATPWorldTour twitter |
Doce meses de espera y un mismo lugar de encuentro. Juan Martín Del Potro puso fin a su sequía de títulos levantando el trofeo en Estocolmo por segundo año consecutivo. Esta vez, imponiéndose en la final a un Grigor Dimitrov (6-4, 6-2) al que le faltó mordiente y efectividad para aprovechar las oportunidades que el argentino le tendió sobre la mesa. Vigésimo título profesional para Juan que sigue soñando con recolectar los puntos necesarios que le den el billete a las Nitto ATP Finals.
Campeón de 213 contra campeón de 2016. Una cosa estaba clara, los dos partían como serios candidatos a levantar el título en Estocolmo. Ambos ya sabían cómo hacerlo, pero nunca les había tocado medirse ante una montaña tan alta en la final. Sobre todo a Dimitrov, quien levantaba aquí el primer trofeo de su carrera superando a David Ferrer. Por su parte, el argentino levantaba aquí el último entorchado en su trayectoria profesional, justo hace un año venciendo a Jack Sock. Las condiciones eran perfectas, los dos llegaban muy finos pero el H2H decía que el de Tandil conocía mejor las armas de su rival que al contrario. O al menos, sabía cómo anularlas.
Seguramente no haya más de 3-4 jugadores en todo el tour que jueguen mejor que Dimitrov, que golpeen más limpio la bola y con más estilo. De ahí que algunos le llamaran (mucho lo siguen haciendo) ‘Baby Federer’. Aunque solo sea por sus movimientos en pista, desde luego que se lo ganó. Pero hay veces que el talento y la plasticidad no son suficientes cuando enfrente aparece un sacador de élite con una derecha impracticable. Del Potro sabía del peligro de su rival, sabía que ambos tendrían oportunidades, solo faltaba por ver quién las amarraba y quién las dejaba escapar. Tras el primer set, el público se percató que el sudamericano estaba un peldañito por encima, salvando sus oportunidades de peligro y cerrando con 6-4 y un único break el primer parcial.
La derecha le corría como siempre, pero es que con el revés apretaba una barbaridad, obligando a Grigor a tomar riesgos desde ambos flancos y cayendo en el error de vez en cuando. Una pelota muy baja, sin bote y compacta como una piedra. No se lo recomendaría restar ni a peor enemigo. Y no era el de Haskovo su peor enemigo, ni mucho menos, pero en la pista no hay relación que valga. Algo más despistado estuvo Juan Martín en la reanudación, es lo que tiene jugar con el colchón del primer parcial, pero de nuevo volvió a salir airoso de las pocas pelotas de break que coincidió. Grigor, en cambio, caía de nuevo en la trampa y veía cómo su rival se escapaba otra en el marcador (4-2). Esta vez, para no volver.
Un año después, Juan Martín Del Potro volvió a vestirse de campeón y ya cuenta con 20 título ATP en su poder. Casi nada para el argentino. Con esta primera alegría, al de Tandil todavía le quedan dos balas (Basilea y París) para intentar subirse al último vagón que lleva hasta el Masters de Londres. Un tren que, por cierto, se asegura contar con la presencia de Grigor Dimitrov. Quién sabe si no será la última vez que estos dos súper clase se crucen esta temporada.
Fuente: Punto de Break
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