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foto @rolandgarros (X) |
A sus 38 años, Novak Djokovic sigue escribiendo capítulos memorables en la historia del tenis. Este miércoles, el serbio venció al número 3 del mundo, Alexander Zverev, por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4 para instalarse en las semifinales de Roland Garros por decimotercera ocasión. Su rival será nada menos que el número uno del mundo, el italiano Jannik Sinner, en un duelo que promete emociones intensas.
El partido fue un retrato perfecto de lo que define a Djokovic: resiliencia, inteligencia táctica y una capacidad inquebrantable de adaptación. Aunque Zverev se llevó el primer set con un quiebre temprano y un tenis agresivo, el serbio no tardó en ajustar su estrategia. Neutralizó el saque del alemán, redujo sus errores y lo desestabilizó mentalmente a base de devoluciones milimétricas y cambios de ritmo que terminaron por minar la confianza de su rival.
Djokovic encadenó siete juegos consecutivos a partir del segundo set, dejando sin respuesta a un Zverev que aspiraba a su quinta semifinal seguida en París, pero que, una vez más, quedó corto ante un rival de jerarquía. En la fría noche parisina, con las condiciones cambiando, el alemán fue desdibujándose ante un Nole que parecía rejuvenecer con cada golpe.
Esta victoria supone la número 51 de Djokovic en semifinales de Grand Slam, un récord absoluto en la Era Abierta. Además, llega a esta instancia con una racha de nueve triunfos consecutivos, incluyendo el título en Ginebra, donde comenzó a reconstruir una temporada que había sido, hasta entonces, errática y plagada de dudas.
Pero Roland Garros tiene un significado especial. No pierde un partido en el torneo desde los cuartos de final de 2022, cuando fue derrotado por Rafael Nadal. En 2023 se vio obligado a retirarse antes de esa ronda por lesión, pero terminó conquistando la gloria olímpica en París meses después. Ahora, el sueño de su Grand Slam número 25 está más vivo que nunca. De lograrlo, superaría a Margaret Court como el tenista más ganador de la historia.
El rival en semifinales será un Jannik Sinner intratable. El italiano ha ganado sus últimos 19 partidos en Grand Slam y solo ha cedido 38 juegos en todo el torneo. Viene de arrollar al kazajo Alexander Bublik (6-1, 7-5, 6-0) y ha dominado a Djokovic en sus tres últimos enfrentamientos, dos de ellos en 2023. El historial entre ambos está igualado (4-4), pero Sinner llega en su mejor momento físico y emocional, tras haber cumplido una sanción que lo mantuvo fuera por tres meses y regresar más fuerte que nunca.
En conferencia de prensa, Zverev fue claro: “Hoy me sorprendió. No le había visto jugar así en todo el año. Hacía frío y mi saque perdió eficacia. Él tenía respuesta para todo. Ha sido mejor que yo, sin discusión”.
El alemán admitió también que muchos subestimaron a Djokovic: “Tiene 38 años, pero sigue ganando a los mejores. Le ganó a Carlos en Australia, me ganó hoy a mí. Hay que respetarlo”.
Djokovic, que llegaba a París tras una gira decepcionante en tierra (eliminaciones tempranas en Montecarlo y Madrid), parece haber encontrado el punto de quiebre en Ginebra, donde se coronó campeón y se deshizo de Andy Murray como entrenador. La broma del británico durante el homenaje a Nadal —“ahora ganas porque tienes un entrenador de verdad”— puede tener más verdad de la que aparenta.
París ha visto renacer a Djokovic. Y si este termina siendo su último Roland Garros, el mensaje está claro: todavía puede ganarlo todo. Porque cuando el partido se complica, cuando el rival vuela, cuando el físico tiembla y el reloj avanza... Djokovic encuentra la forma. Siempre la encuentra.
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