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foto Getty |
Novak Djokovic volvió a escribir su nombre en letras doradas en la historia del tenis. En la final del ATP 250 de Ginebra, el serbio se impuso en un intenso duelo al polaco Hubert Hurkacz por 5-7, 7-6(2) y 7-6(2), alcanzando así el centenar de títulos en su legendaria carrera. Con este triunfo, se convierte en apenas el tercer jugador en la Era Open en alcanzar los 100 trofeos, sumándose a los míticos Jimmy Connors (109) y Roger Federer (103).
La victoria en suelo suizo representa mucho más que una estadística para Djokovic: llega en medio de una temporada irregular, marcada por la ausencia de títulos en arcilla y una profunda sequía de resultados. De hecho, el número 6 del mundo había caído en sus debuts en Montecarlo y Madrid, y se ausentó en Roma. Por eso, aceptó de último minuto un comodín en Ginebra con el objetivo de recuperar ritmo antes de Roland Garros. La apuesta no pudo salirle mejor.
Antes de la final, Djokovic superó a Marton Fucsovics, Matteo Arnaldi y Cameron Norrie. Fue precisamente ante Arnaldi, en cuartos de final, cuando celebró su cumpleaños 38 con una pequeña revancha: el italiano lo había eliminado semanas atrás en Madrid.
La final ante Hurkacz no fue sencilla. El polaco, con su habitual solidez al saque, se llevó el primer set tras romper en el undécimo juego. En el segundo, Djokovic resistió, forzó el tiebreak y mostró su mejor versión para nivelar el duelo. El tercer set fue otro pulso de alto voltaje, en el que el serbio remontó un quiebre y cerró el partido en la muerte súbita, confirmando su octava victoria en igual número de enfrentamientos ante Hurkacz.
Una marca legendaria
Djokovic alcanzó así su título número 100 en 143 finales disputadas. La distribución de sus trofeos refleja su dominio total:
24 Grand Slams
7 ATP Finals
40 Masters 1000
15 ATP 500
13 ATP 250
1 medalla de oro olímpica
Además, firmó su vigésima temporada consecutiva con al menos un título, superando a Rafael Nadal, con quien compartía esa marca. Otro registro roto en un currículum ya de por sí inabarcable.
Este logro llega tras dos intentos fallidos por alcanzar la cifra mágica: perdió en la final del Masters 1000 de Miami ante el joven checo Jakub Mensik y fue eliminado por Jannik Sinner en Shanghái. Esta vez, sin margen para errores y con molestias visibles en sus rodillas, el instinto competitivo de Djokovic volvió a imponerse.
Sin mucho tiempo para celebraciones, el serbio ya enfoca su mirada en París. Este martes 26 de mayo debutará en Roland Garros frente al estadounidense Mackenzie McDonald. Su objetivo: conquistar su 25º título de Grand Slam, con lo que superaría definitivamente a Margaret Court y se consagraría como el tenista con más grandes de la historia.
El camino no será fácil. De avanzar, podrían esperarlo rivales de peso como Alexander Zverev en cuartos, Jannik Sinner en semifinales y, potencialmente, una final frente a Carlos Alcaraz, a quien ya ha vencido en sus dos últimos cruces.
Pero Djokovic ya dejó claro en Ginebra que, incluso con 38 años, está lejos de renunciar a nuevos desafíos. En la recta final de su carrera, sigue acumulando gestas que refuerzan su legado como el más grande de todos los tiempos.
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