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foto @Feyenoord (X) |
El Milan llegó con la misión de revertir el 1-0 adverso de la ida y, desde el primer segundo, mostró una actitud completamente distinta a la exhibida en Róterdam. La afición de San Siro convirtió el estadio en un hervidero, y la respuesta del equipo no se hizo esperar. Apenas a los 42 segundos de juego, un tiro de esquina ejecutado en corto permitió que Pulisic enviara un centro al área. Thiaw habilitó a Santiago Giménez, quien solo tuvo que empujar el balón para marcar el 1-0 e igualar la eliminatoria.
Los 'rossoneri' dominaron con autoridad. Rafael Leão, inspirado, generaba peligro constante, mientras que el Feyenoord apenas lograba sostenerse en el partido. Sin embargo, el Milan desperdició sus oportunidades para ampliar la ventaja, y la imprudencia de Theo Hernández marcó un punto de inflexión. Una falta innecesaria le costó la amarilla al 44', y una simulación absurda al 51' le valió la segunda tarjeta, dejando a su equipo con 10 hombres.
Con la ventaja numérica, Feyenoord comenzó a crecer en el partido. El técnico Arne Slot aprovechó la inferioridad del Milan y movió sus piezas, dando ingreso a Julián Carranza al 64'. Apenas nueve minutos después, el argentino, quien jugó con malestar físico y fiebre, conectó un cabezazo implacable tras un centro de Hugo Bueno, sellando la remontada global y el pase a octavos.
El Milan intentó reaccionar en los minutos finales, pero ya no tenía argumentos futbolísticos ni anímicos. Feyenoord resistió los embates y certificó su regreso a los octavos de final de la Champions League, instancia a la que no accedía desde la creación del formato en 1992. Ahora, el equipo neerlandés espera rival entre el Inter de Milán o el Arsenal en la siguiente ronda.
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