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Foto: usopen twitter |
Por lo sano. Así cortó Rafa Nadal la progresión del joven y descarado Andrey Rublev por el US Open 2017. El de Manacor le infligió una dura derrota en la Arthur Ashe por 6-1, 6-2 y 6-2 desplegando un tenis casi perfecto, sin fisuras, contraatacando perfectamente, domando la potencia del ruso para hacer valer la suya y desquiciando a un rival que venía en un estado de forma y confianza formidables. Nadal vuelve a las semifinales del US Open y esperará al desenlace del Del Potro-Federer para conocer a su rival en la penúltima ronda del Grand Slam neoyorquino.
Choque generacional en la Arthur Ashe para el tercer encuentro de los cuartos de final del US Open. Todo un 14 veces ganador de Grand Slam como Rafa Nadal ante un tenista de 19 años que tenía precisamente como ídolo en su niñez y adolescencia a la bestia de Manacor. El ruso salió visiblemente nervioso y con ansiedad. Alternando puntos buenos con errores no forzados, pero sin duda que fiel a su estilo netamente pegador.
Rafa abría brecha pronto para ponerse 2-0 en el marcador aunque Rublev reaccionaría para ganar su único juego del primer set, siendo este al resto. Lo demás fue todo un monólogo del balear, rapidísimo, muy atento, respondiendo de manera excelente a la contra. Toda una pared frente a la fiereza del ruso, que partía la bola desde el resto, pero que se quedaba sin recursos a medida que se alargaban los intercambios. Nadal brillaba incluso con la receta del bisoño tenista de Moscú, conectando restos endiablados. En menos de media hora, Rafa se apuntaba por 6-1 la primera manga, dejando bien claro quien portaba los galones, quien era el favorito, quien era el número uno del mundo.
El recital del primer set iba a ser poco menos que un preámbulo del que se venía en el segundo. Y eso que Rublev empezó guerrero y con menos complejos que en la anterior manga, encontrando más golpes ganadores. Pero la resistencia del joven jugador de 19 años iba a quebrarse tarde o temprano. Rafa no cejaba en su empeño, no soltaba el pie del acelerador. Era cuestión de tiempo que se marchara en el marcador. Una doble falta del ruso certificaba ese hecho para el 3-2 y saque del manacorí. Limitando muchísimo los errores, maximizando el juego agresivo y el de contraataque, Rafa dejaba sin soluciones el tenis potente pero ciertamente monótono de Rublev. Salvada una situación de posible recuperación del moscovita que gozaba de un 15-40 para igualar a Rafa, el español se lanzaba como un rayo a por la consecución del segundo parcial que abrocharía por 6-2. Dos sets a cero y ni una hora en el electrónico de la Arthur Ashe. El huracán Nadal no hacía más que seguir cogiendo fuerza.
Rafa no iba a necesitar incrementar la categoría del huracán que estaba desatando en la pista central de Flushing Meadows. Rublev daba síntomas evidentes de desesperación, perdiendo la brillantez que había mostrado en ciertas fases del partido. Break de entrada para el manacorí y la manga ya muy decantada en su favor. Algún juego se tornó largo e intenso. El ruso se agarraba, intentando dar la mayor batalla posible bajo el techo cubierto de la Arthur Ashe. Maquillar la paliza, echar más minutos en pista en todo unos cuartos de final de Grand Slam, ese era ya el objetivo del moscovita. Rafa no tenía la menor intención de darle pie a un resquicio por el que colarse. Con su particular resiliencia y regularidad, Nadal aumentaba la brecha a una doble ruptura para ponerse 4-1 y saque en el tercero.
Se repetiría el desenlace del tercer acto. Nadal ponía el broche al partido por 6-2, despidiendo a un enorme Rublev, si bien no en su mejor versión en los cuartos de final. Rafa compra por tanto su billete a semis, donde podría vérselas por primera vez con su archienemigo histórico Roger Federer o bien reeditar aquella semi de 2009 ante Juan Martín del Potro.
Fuente: Punto de Break
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