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Foto: usopen twitter |
La fiesta arrancaba temprano en Nueva York, antes de que cayera el sol los dos primeros semifinalistas pisaban la Arthur Ashe con una gran expectativa, y hasta con asistentes de lujo como Bill Gates.
El primer plato de la cena de gala en este Abierto de los Estados Unidos era ver dos formas de concebir el tenis muy distintas, contrastantes, pero grandes visiones del deporte blanco. Por un lado estaba el joven español Pablo Carreño Busta, duodécimo favorito de este torneo y exponente de un gran juego de fondo de cancha; del otro estaba el vigésimo octavo preclasificado, un potente sacador que hasta este encuentro acumulaba 92 aces, la cifra más alta del torneo.
Fuerte de fondo, pegando muchísimo con su derecha Pablo no enfrentaría ni una oportunidad de quiebre, mientras que si rompería el servicio de su rival en el octavo game, punto de inflexión en este set porque el español no soltaría la ventaja y cerraría el set por 6-4 luego de 33 minutos de acción.
El sudafricano tropezaba por la cantidad de errores no forzados, catorce, a pesar de contar con un alto porcentaje de primeros servicios, con el que ganó más del 80% de los puntos disputados. El favorito número doce apenas cometía un pecado.
Anderson se había quedado con los dos duelos previos, pero el de Gijón no ha dejado caer ningún en su recorrido hasta ahora y la tónica se mantenía.
El segundo parcial planteaba una pelea distinta, sabía Anderson que no podía batallar de igual a igual con su rival y que tenía que buscar el encuentro en la red si quería avanzar a la final.
Consiguió pronto resultados y quebró para irse adelante 3-1, aunque Carreño Busta no bajaría los brazos y recuperaría el quiebre de manera inmediata.
Ninguno aflojaba, ninguno bajaba la guardia en un set que se extendería lo más posible.
Anderson aseguraba su servicio para un 6-5 en la pizarra y dejaría toda la presión al ibérico que cometería un doble falta mortal en 30-30, una oportunidad de quiebre que no dejaría escapar el jugador de 31 años para igualar el marcador con un 7-5 a su favor, un tenis agresivo y potente que le daba el set tras 50 minutos gracias a un servicio que sumaba 14 saques ganadores hasta el momento.
Los impactos de la raqueta del gigante sudafricano comenzaban a sonar diferente ante un Carreño Busta que demostraba no estar cómodo con el juego agresivo y potente de su rival que volvía a romper su saque para el 3-1, una ventaja que ampliaba Anderson al confirmar su servicio y el 4-1 a su favor.
No dejó de creer Kevin, con una distancia segura mantuvo la velocidad, llegó a 20 aces y 43 tiros ganadores para hacer suyo el tercer parcial por 6-3. El panorama cada vez más oscuro para el español.
Quince tiros ganadores, ocho errores no forzados reforzaban la ventaja de la siembre 28 de la rama masculina.
“Come on” retumbaba en la Arthur Ashe con cada punto conseguido por Kevin Anderson, a quien le empezaba a salir todo: pelotas profundas, voleas exquisitas, dejadas y cierres en la red.
Al primer quiebre del quinto game, en el peloteo más largo hasta el momento, Pablo Carreño cometía el error más caro con su derecha para que el sudafricano consiguiera el quiebre.
Anderson, quien no conoció quiebres en el resto del encuentro, no sacó el pie del acelerador y evitó una reacción de Carreño Busta al mantener el quiebre conseguido a su favor a pesar de los intentos y de un juego final lleno de mucha emoción y nervios, que pudo cerrar gracias a lo suyo, a los bombazos y a saber modificar su plan para adaptarse y ganar por 6-4 el parcial final tras dos horas y 55 minutos de juego.
El primer finalista sudafricano en la Era Abierta de este torneo ahora esperará por Rafael Nadal o Juan Martín Del Potro.
Fuente: Tennisworldusa
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