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Foto: ATPWorldtour twitter |
Roger Federer tuvo el más plácido de los debuts en su participación en el Masters 1000 de Canadá. El suizo derrotó al tenista local Peter Polansky, 6-2 y 6-1, en menos de una hora y con la sensación de poder y querer terminar en el menor tiempo posible. Las amplias diferencias tenísticas y competitivas se hicieron palpables desde el primer segundo, formándose un encuentro sin disputa ni alternativas. Ligero de movimientos y con agresividad para probar algunas cosas, el de Basilea avanzó con tremenda facilidad.
Y esas diferencias comienzan a aparecer desde el primer juego del choque, con Federer obrando uno de sus habituales fugaces juegos al servicio, entre pestañeos, y un Polansky que, entre muchos nervios, comete dobles faltas y cede mucho terreno con su segundo servicio. El primer set evidencia una diferencia de posiciones muy evidente, con Polansky muy atrás, apenas pudiendo correr para agarrar alguna pelota, y Federer forzando algunas jugadas.
Resto-red, subidas a la red, aceleraciones con el drive. Roger entró bien de piernas y actitud, contribuyendo a ampliar ventajas y probar jugadas de cara al futuro, en una gira donde la velocidad de las pistas favorece, aún más, su talante más ofensivo. Pasado el primer tramo, el jugador canadiense asentó su servicio, puso más primeros, y pudo entrar algo más en algún intercambio elaborado, siempre carente de definición a la hora de tirar el golpe ganador.
En el segundo no ocurrió algo muy diferente. Dos breaks consecutivos del suizo, muy superior en todas las facetas del juego, pusieron en bandeja el triunfo. Únicamente dos bolas de break en contra en el quinto juego de la segunda manga pusieron algo de color en la grada, principalmente con un gran tiro desplazado de Polansky. El partido se cerró en apenas 53 minutos, fruto de la enorme y esperada superioridad del número 3 del mundo.
Fuente: Punto de Break
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