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Foto: Wimbledon twitter |
Juan Martín del Potro arrancó esta edición de Wimbledon con victoria trabajada ante el australiano Thanasi Kokkinakis (6-3 3-6 7-6 6-4). El argentino cuajó un partido serio, en el que de nuevo su movilidad le provocó algunos contratiempos físicos; resbalones que comprometieron por momentos sus apoyos, siendo uno de los problemas que suele enfrentar corriendo de lado a lado sobre hierba. En cuanto a juego, su servicio y su calmada competitividad en momentos concretos marcaron la diferencia ante el joven e inexperto Kokkinakis.
El encuentro, precisamente, lo marcó la estabilidad competitiva; el gen competitivo que maneja el argentino. En el fuego cruzado, el choque aguardaba una más que interesante batalla por ver quién tiraba antes la mano. Muy ofensivos tanto Del Potro como Kokkinakis, los dos tuvieron claro que a la mínima debían e iban a entrar con la derecha para ganar el centro. El drive, el golpe que más diferencias marca sobre hierba, que deja la defensa del rival en bolas cortas para definir fue el golpe del choque durante los tres primeros sets.
En el inicio, el 88% de los puntos con primer servicio de Delpo fue revelador, algo que descendió al 59% en segundo. El ánimo del aussie, intacto a pesar de ceder el primer set, dio alas y vuelo al partido, que tuvo sus mejores momentos mediado el tercer set. Con set point para el tandilense, Kokkinakis salvó y llevó el choque a la muerte súbita. El partido, igualadísimo, pendía de un golpe de gracia, de un punto de inflexión, que asestó Juan Martín con el juego decisivo.
Esa diferencia para lastimar o no fallar en el punto más comprometido del choque fue a la postre decisivo. La defensa, a priori el punto débil de Del Potro, y siendo en una pista más pequeña que las más grandes del torneo, fue por momentos crucial, pues puso a Kokkinakis a golpear una bola más, normalmente tras golpe cortado de su rival, que obligó a tomar una decisión extra que en algunos compases terminó por desgastar.
Finiquitada la segunda manga, la cuarta expresó una relación de fuerzas muy semejante, con un tramo de clara igualdad, de servicios sostenidos, que se diferenció en el noveno juego, cuando Del Potro rompió y sirvió para la victoria. El de Tandil deberá ajustar mucho todavía su juego y su movilidad, fundamentales para explicar su torneo a partir de ahora.
Fuente: Punto de Break
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