Novak Djokovic reacciona a tiempo y viniendo de atrás vence a Diego Schwartzman

Foto: Roland Garros twitter

Novak Djokovic despertó a tiempo para deshacerse de un peleón Diego Schwartzman al que le faltó gasolina en los dos últimos sets del partido. El serbio, con un marcador de 5-7 6-3 3-6 6-1 6-1, en tres horas y 19 minutos, alcanza los octavos de Roland Garros dejando algunas dudas por el camino.

Nubes negras se arremolinaban en el cielo de París justo al comienzo del partido. Nubes que parecieron situarse sobre la cabeza del argentino, que parece que acusó un poco el rival y el escenario en los primeros minutos ofreciendo una imagen muy fallona en los intercambios y sin ideas claras de lo que tenía que hacer ante un Novak muy serio en todos los aspectos. Tan sólo habían pasado 20 minutos y el serbio ya tenía medio set en el bolsillo situándose 4-1 arriba y siendo muy superior a su rival.

Pero las nubes cambian de bando y se colocan sobre Nole. Casi como si fuese otro tenista, empieza a jugar totalmente sin ideas. Empieza a abusar una y otra vez de la dejada, sin éxito. Se nubla. Golpea su derecha descompasado, fallando una y otra vez, tanto de largo como de ancho. Se le tuerce el gesto a Djokovic a la vez que esos errores comienzan a dar alas a un Schwartzman que se crece hasta tal punto que empieza a dominar los puntos y a remontar en el marcador de forma que termina llevándose el set por 7-5 ante el asombro de todos.

Comienza la segunda manga y a Djokovic aún se le ve un poco atrapado mentalmente. Comete fallos imperdonables, de falta de intensidad y de concentración, pero el aire que se respira es que en cuanto colocase las cosas en su sitio, volvería a situarse por encima de su rival. Para mediados de set, en el psicológico octavo juego, Nole ahoga al de Buenos Aires, que salva una y otra y otra bola de break, pero a la sexta, el ganador de 12 grandes logra la ansiada rotura e iguala el partido a un set.

Las claves de la mejora de Novak respecto al primer set pasan por aumentar su % de primeros (más de un 20%) y por subir más de un 30% los puntos logrados con primer saque. Diego continuó más o menos por la misma línea, corriendo de lado a lado e intentando jugar siempre una bola más, mientras que Djokovic llevó más la iniciativa fallando mucho menos y conectando hasta cuatro veces más winners que Schwartzman.

Quizá esta mejora podría haber hecho que aumentara un poco más la confianza del de Belgrado pero lo cierto es que en este tercer set vemos los momentos más igualados del encuentro. El Peque no le pierde la cara el partido y se pone el cuchillo entre los dientes para ir a la batalla cuerpo a cuerpo en el barro ante el serbio. Novak no termina de carburar y vuelve a no mostrarse fino al saque, teniendo números similares a los del primer set (rondando el 60% de primeros). Schwartzman aprovecha para desplegar el mejor tenis del partido. Variando direcciones y haciendo correr a Djokovic, se toma su particular venganza en el octavo juego al resto, tal y como ocurriera al contrario en la manga anterior, y se pone a un sólo set de derrotar al vigente campeón de Roland Garros.

44% es el porcentaje de partidos que Djokovic es capaz de ganar estando dos sets a uno abajo. ¿Sería capaz de lograr mejorar esa estadística? A esta cuarta manga salta con una mentalidad diferente. El serbio empieza repartiendo mucho más juego y siendo más agresivo. Al resto, da un pequeño pasito hacia delante y empieza presionando desde el segundo uno cuando saca Diego, que acusa el cansancio y la tensión y se deja ir un poco en un set que apenas tuvo más historia que una pequeña discusión entre Ramos y Djokovic, donde el umpire le dio un point penalty por levantar la raqueta haciendo amago de golpear una pelota en su dirección.

Así pues, todo se decidiría en este quinto set. Schwartzman le pone carácter y ganas, pero ante Novak, siempre necesitas un poco más. El serbio, que desde hace minutos volvió a estar metido en el partido, no quiere que esto se alargue demasiado y consigue un break nada más empezar que le hace templar un poco más los nervios y, de paso, meterle un poquito más de presión a su rival. El Peque gesticula casi en cada punto, en dirección a su box, viendo que se le escapaba el partido de las manos. La puntilla para él es un mal gesto, que le provoca un tirón en la espalda. Sería el final ya para él, puesto que Novak caminaría sin problemas hacia la victoria en un partido más complicado de lo que debería haber sido para él.

Djokovic despertó a tiempo, cuando la situación más lo requería. Deja la sensación de que sigue con muchas dudas en su cabeza y esas desconexiones de tantos minutos dentro de los partidos le puede llegar a costar muy caro si quiere revalidar su título en París. Por el momento, sigue vivo en el cuadro y ya espera rival del duelo entre Pouille y Ramos.

Fuente: Punto de break

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