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Foto: WorldTenis7 twitter |
Si en la primera semifinal de Indian Wells ya habíamos intuido la diferencia de nivel que existía entre los dos contendientes, en la segunda pudimos comprobar que, pese a estar en la misma pista compitiendo, hay veces que a lo que juega Roger Federer parece un deporte diferente. El de Basilea arrolló a Jack Sock (6-1, 7-6) en 1 hora y 14 minutos minutos de encuentro, dando una lección en el primer set y compitiendo duramente en el segundo. Completa el pase a su segunda final de la temporada, la séptima en el primer Masters 1000 de la temporada. Comienzo de año espectacular para el hombre que mejor forma luce del vestuario.
“Jugar contra Federer es jugar contra el mejor de todos los tiempos”. Son unas declaraciones que revelan el respeto y admiración que Jack Sock siente por el campeón de 18 Grand Slams (¡cuánto tiempo escribiendo 17!). Quizá no fueron las palabras más adecuadas antes del partido más importante de tu carrera, o al menos hacerlas públicas no es la mejor opción, El americano se las podía haber guardado para la rueda de prensa posterior y pronunciar un discurso algo más controvertido. Aunque al fin y al cabo, dijera lo que dijera, sus sentimientos se iban a notar de todas formas en la cancha. Temblando, literalmente, salió el de Lincoln a partirse la cara a la pista principal, con un discurso similar al propuesto en Indian Wells o Basilea 2015.
Estos fueron las dos primeras citas que suizo y estadounidense tuvieron en la brecha profesional y la verdad, no acabaron demasiado bien para Sock. Con nervios, falta de consistencia y más errores de la cuenta, el americano le dejó la puerta abierta a Federer para que pusiera la música de fondo y se diera el penúltimo baile bajo el sol californiano. Alguna entraba, de vez en cuando, pero el 6-1 en tan solo 21 minutos es el mejor resumen de lo que supuso este primer set de trámite para el actual número 10 del mundo. Las altas temperaturas apretaban más si cabe el rendimiento de Sock, quien nada más cerrar el parcial levantó la mano pidiendo el fisioterapeuta.
Solo después de este correctivo pudo entender Jack Sock que aquí no se podía venir a sufrir, aunque jugando ante Roger es complicado no volverse loco. Así fue como, muy poquito a poco, el americano fue sacando a relucir su buen servicio y su gran derecha. Desde luego, mejorar lo visto en la primera manga no un imposible. Aquello se puso serio y el público quería divertirse, pero con ambos jugadores, no solo con Federer. Se ajustaron las miras de la raqueta de Jack y el desenlace acabó dibujando un tiebreak. Hubiera sido un giro inesperado irse a un tercer asalto, por lo que el helvético decidió que lo mejor era zanjar aquí el asunto.
Serán 43 finales de Masters 1000 para Roger Federer, empatando con Novak Djokovic en la cabeza de la clasificación. Séptima en Indian Wells, donde ya sabe lo que es ganar en cuatro ocasiones. Y para más gusto de la afición suiza, será entre dos compatriotas, dos amigos que se conocen al dedillo pero a los que el H2H no respeta de igual manera. Stan Wawrinka buscará dar el gran golpe ante una de sus bestias negras (19-3) con Montecarlo 2014 todavía en el recuerdo. Lo que sí tenemos claro es que el revés a una mano volverá a ser protagonistas en una de las rivalidades más clásicas de nuestra época.
Fuente: Punto de break
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