Roger Federer, compara el título con el obtenido en 2009 en Roland Garros

Foto: puntodebreak.com

Radiante, como siempre. Como hacía tiempo. Roger Federer conquistó su quinto Open de Australia y puso fin a cinco años de sequía en territorio Grand Slam. Además, lo hizo frente a Rafael Nadal, su rival por excelencia. Un torneo redondo para un suizo que mostró toda su felicidad en la última rueda de prensa de la semana. Pero, ¿de verdad no es un extra saber que ahora existen cuatro copas de diferencia con su más inmediato perseguidor?

“Eso es en lo que menos pienso ahora mismo, para ser honesto”, respondió el de Basilea. “Para mí todo gira en torno al regreso, acerca de este partido épico con Rafa de nuevo. Haciéndolo aquí en Australia, donde estoy muy agradecido a Peter Carter, Tony Roche, y toda la gente. Supongo que mi popularidad aquí viene gracias a su apoyo. Estoy feliz de ver que todavía puedo hacer esto a mi edad después de no haber ganado un Slam en casi cinco años. Es todo lo que veo, el último problema ahora mismo es el número de Grand Slams. Honestamente, no me importa”, confesó.

El destino quiso que su victoria llegara tras una revisión de ojo de halcón. Curioso, como poco. “Por supuesto, es un poco incómodo ganar de esta manera. Sin embargo, las emociones salieron de mí igualmente. Estaba increíblemente feliz, como se puede imaginar. Veía a todo mi equipo apoyándome, a Mirka, a todos. Fue genial. Además, supe desde ese momento, en esa bola, que realmente era campeón. Fue una gran sensación”, señaló el de 35 años.

Desde Wimbledon 2012 sin ganar un Grand Slam, tres finales perdidas de manera consecutiva. En Australia, sin embargo, salió cara. “Creo que habría sido especial independientemente del lugar. Potencialmente éste es, supongo, mi Grand Slam más consistente. Para mí todo empezó aquí. Aquí jugué la fase previa en 1999, los juniors en 1998, gané mi primer partido contra Michael Chang aquí en el año 2000. Siempre me encantó venir aquí. Cuando ganas, el viaje de vuelta a casa nunca es un problema. Cuando pierdes, es simplemente brutal. Por eso me siento tan afortunado esta noche”, indicó.

La clave, para muchos, la reacción de campeón en el set definitivo amarrando los tres últimos juegos. “Me impuse a mí mismo jugar más libre. Eso es lo que discutimos con Ivan y Severin antes de los partidos. Tú juegas la pelota, no juegas al oponente. Ser libre de mente, libre en tus tiros, ir a por ello. Los valientes siempre son recompensados ​​aquí”, valoró el helvético con firmeza. “No quería perder viendo cómo me llovían los derechazos de Rafa sin más y creo que fue la decisión correcta en el momento adecuado. Tuve oportunidades en el quinto set para recuperar la desventaja. Me podría haber quedado allí, decepcionado y aceptando los hechos, pero seguí luchando. Seguí creyendo, como hice durante todo el partido de hoy. Sabía que tenía posibilidades para ganar este partido y creo que eso fue lo que me hizo jugar mi mejor tenis al final del partido”.

“Rafa ha sido alguien muy especial en mi carrera, él me hizo mejor jugador. Para mí el último desafío era jugar aquí contra él, así que definitivamente es algo muy especial”, subrayó acerca del rival que más varapalos le dio en su trayectoria. “Ya dije antes de la final que si ganara contra Rafa sería muy especial y muy dulce porque no le había superado en una final de Grand Slam desde hace mucho, mucho tiempo (Wimbledon 2007 a cinco sets). Ahora he sido capaz de hacerlo de nuevo”, añadió. “Los dos estamos de regreso. Hubiera sido bueno para ambos ganar, pero esto en tenis es imposible. Debe de estar feliz, ojalá volvamos a coincidir en otra gran final”, amplió un Roger que además dejó otro gran titular.

“La magnitud de este partido creo que será diferente, no lo puedo comparar a cualquier otro excepto, quizás, al Roland Garros 2009. Esperé mucho, lo intenté, luché. Lo intenté otra vez, fracasé, hasta que finalmente lo hice. Son sensaciones familiares”, sentenció.

“Es obvio que es especial para todo el equipo. Ivan (Ljubicic) estuvo nervioso todo el día. Traté de calmarlo (risas), lo mismo que a mi fisioterapeuta. Severin (Luthi), sin embargo, estaba totalmente relajado. Es hermoso para todos nosotros. Sé lo felices que están porque son algo más que un entrenador o un fisioterapeuta: son todos mis amigos. Pasamos mucho tiempo hablando de si iba o no a volver al 100% y, si lo hacía, sobre la posibilidad de volver a ganar un Grand Slam. Hoy lo hicimos y estaremos de fiesta esta noche como estrellas de rock. Es todo lo que puedo decir”, sorprendió el que mañana ocupará el número 10 del mundo del ranking.

Pero no todo es positivo. Pat Cash, durante la retransmisión del partido, atacó a Federer tras pedir éste un tiempo médico a destiempo. “Me duele la pierna desde el partido ante Rubin (segunda ronda) y estoy feliz de haber podido avanzar a través del dolor. Por alguna razón contra Stan tuve dolores desde el principio a ambos lados de la ingle. Después de tomar un tiempo de espera médico, pensé que también podría tomar uno para ver si mediante un masaje era capaz de calmarlo. Creo que algo ayudó, aunque no estoy seguro”, se defendió en de Basilea. “Hoy la ingle me empezó a doler a mitad del tercer set. De todos modos, las reglas están ahí para utilizarlas pero creo que no debemos usarlas para abusar del sistema. Personalmente, creo que he sido un ejemplo de ello durante 20 años. Soy el último tipo en pedir un tiempo de espera médico, así que no sé de qué está hablando”, concluyó.

Tras la oreja, una mosca revolotea tras las palabras de Federer en la entrega de trofeos. ¿Está la retirada más cerca ahora? “Sé que todavía me queda mucho tenis pero, si me lesiono, tal vez me pierda la próxima edición. Quién sabe. Así que solo sólo fue una manera de hablar, uno nunca sabe cuándo va a ser su próximo Grand Slam y sentí que era el momento de agradecer el apoyo a toda esa gente a la vez. He tenido un año difícil, tres partidos a cinco sets tampoco van a ayudar, pero lo dije en serio. No había nada planeado detrás de él ni un pensamiento de que ésta vaya a ser mi último Open de Australia. Espero volver, por supuesto. Esa es mi esperanza en este momento”, aseguró el suizo.

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